Pedagogía y formación
Siendo conscientes de la maravillosa misión de formar discípulos en todos los hombres, que custodien, vivan y anuncien la Vida Eterna recibida en el Bautismo, apostaremos siempre por la máxima formación humana, Espiritual y teológica, sirviéndonos de todos los medios que nuestra Madre, la Iglesia, pone a nuestra disposición.
Deseando «reavivar el don de Dios» (2Tm1, 6) recibido en el Bautismo, pondremos todo nuestro esfuerzo en Vivir en una formación permanente. Será el Catecismo de la Iglesia Católica el texto base que acompañará en todo momento la formación en «Redemptoris Custos», al Igual que la Palabra de Dios y todo lo que forme parte del Magisterio de la Iglesia.
El estudio orante del Catecismo de la Iglesia Católica será en los «Redemptoris Custos» una de las bases fundamentales de nuestra formación ; es necesaria una sólida formación desde nuestra Madre la Iglesia para Custodiar y hacer crecer la gracia Bautismal; encontramos en el Catecismo un medio insustituible para crecer en la Vida de Dios. Dedicaremos horas concretas durante la semana para leerlo, meditarlo, orarlo, compartirlo y hacerlo vida.
Será «El Catecismo de la Iglesia Católica» el método más eficaz y fundamental que usaremos para «enseñar a guardar todo lo que Él nos ha enseñado» (Mt.28, 18-20); siguiendo el Catecismo nos queremos unir a nuestra Madre la Iglesia en su pedagogía de «Hacer discípulos».
Creemos profundamente que el conocimiento del Catecismo de la Iglesia nos ayudará a Custodiar la Vida de Dios en nosotros y en nuestros hermanos. Desde él queremos apostar por la formación de los cristianos ya que constatamos un desconocimiento muy grande en las Verdades Fundamentales de nuestra fe.
Apoyaremos y promoveremos todas las iniciativas que puedan ayudar al conocimiento del Catecismo de la Iglesia tanto de niños como de jóvenes y adultos; para ello nos serviremos de convivencias, peregrinaciones, jornadas de formación, ejercicios espirituales, formación de grupos, etc.
Oración.
Salve, custodio del Redentor
y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a su Hijo,
en ti María depositó su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.
Oh, bienaventurado José,
muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía,
y defiéndenos de todo mal. Amén.
(Papa Francisco, Patris Corde)