Radio María
Dice la Palabra de Dios: «Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo vosotros a la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde los terrados.» (Mt. 10,27)
Desde Radio María llevamos varios años proclamando lo que vamos conociendo, experimentando y pobremente viviendo de la persona de San José; lo hacemos desde un espacio de 30 minutos cada quince días llamado: «Redemptoris Custos»
Estamos profundamente agradecidos al equipo directivo de la Emisora el que nos den la oportunidad de hacer este momento de oración con San José; es un momento de estar con la Sagrada Familia, no es un momento de hablar sobre ellos sino de estar con ellos.
Creemos profundamente el que nuestra Madre no quiere estar ella sola, quiere estar con su Hijo y con su esposo, dice la Palabra de Dios, con respecto al matrimonio: «Lo que Dios unió no lo separe el hombre.» (Mt. 19, 6); estamos convencidos que es deseo de nuestra Madre el que su esposo tenga un espacio en lo que es su emisora, quiere que poco a poco la fe de los cristianos esté iluminada por la Sagrada Familia.
Desde la experiencia vivida en estos años, en Radio María, le pedimos a Jesús, a María y a San José la gracia para Redemptoris Custos de ser humildemente audaces para aprovechar todos los medios de comunicación social para anunciar al mundo de hoy la grandeza del bautismo y el Kerigma, la gran noticia de la muerte y resurrección de Jesús por cada hombre y mujer de esta tierra.
Acompañamos este apartado con la foto de Radio María y con la Sagrada Familia de Matilde Olivera Tovar, la misma autora del cuadro «Redemptoris Custos»; a ellos y a todos los que hacen posible este programa muchas gracias y que encontremos siempre el amor y la creatividad suficiente para anunciar el evangelio.
Un espacio misionero que pretender dar a conocer a San José y, a la vez, aprender de él a cuidar la vida de Jesús en nosotros y en nuestros hermanos.
Oración
Virgen y Madre María, tú que, movida por el Espíritu,
acogiste al Verbo de la vida en la profundidad de tu humilde fe,
totalmente entregada al Eterno, ayúdanos a decir nuestro «sí» ante la urgencia,
más imperiosa que nunca, de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús.
Tú, llena de la presencia de Cristo, llevaste la alegría a Juan el Bautista,
haciéndolo exultar en el seno de su madre.
Tú, estremecida de gozo, cantaste las maravillas del Señor.
Tú, que estuviste plantada ante la cruz con una fe inquebrantable
y recibiste el alegre consuelo de la resurrección,
recogiste a los discípulos en la espera del Espíritu
para que naciera la Iglesia evangelizadora.
Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados
para llevar a todos el Evangelio de la vida que vence a la muerte.
Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos
para que llegue a todos el don de la belleza que no se apaga.
Tú, Virgen de la escucha y la contemplación, madre del amor,
esposa de las bodas eternas, intercede por la Iglesia,
de la cual eres el icono purísimo,
para que ella nunca se encierre ni se detenga en su pasión por instaurar el Reino.
Estrella de la nueva evangelización,
ayúdanos a resplandecer en el testimonio de la comunión,
del servicio, de la fe ardiente y generosa, de la justicia y el amor a los pobres,
para que la alegría del Evangelio llegue hasta los confines de la tierra
y ninguna periferia se prive de su luz. Madre del Evangelio viviente,
manantial de alegría para los pequeños, ruega por nosotros. Amén. Aleluya.
(Papa Francisco)