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Totus Tuus

Redemptoris Custos

Reconociendo a San Juan Pablo II como nuestro gran protector e intercesor delante de Jesús, María y San José, queremos compartir en este apartado cuatro de sus exhortaciones que dan claridad y configuran nuestro carisma y misión:

  • Exhortación Apostólica Redemptoris Custos.
  • Exhortación Apostólica Familiares Consortio.
  • Exhortación Apostólica Pastores Dabo Vobis.
  • Exhortación Apostólica Christifideles Laici.

Son exhortaciones que nos ayudan a vivir el don del bautismo y a la vez vivir como misioneros de Cristo en medio del mundo.

San Juan Pablo II vivió este “Totus Tuus” (Todo tuyo) referenciado a la Virgen María; también nosotros le decimos a Ella, a la esposa de San José: Redemptoris Custos es TODO TUYO. Cada una de estas exhortaciones nos ayudan a plasmar la voluntad de Dios sobre nuestras vidas y a vivir nuestra pertenencia a Cristo y a su Iglesia recibida en el bautismo.

En la exhortación Redemptoris Custos aprendemos a conocer la grandeza de la vida de San José y a la vez conocemos la misión que se nos ha confiado en la Iglesia, es decir, vivir custodiando a Cristo que nos habita desde el momento del bautismo y a la vez custodiar la vida de Dios en cada hermano.

En Familiaris Consortio, el Papa Juan Pablo II insistió en la necesidad de la preparación de nuestros jóvenes al matrimonio y a la vida de familia. La familia es ese espacio donde se vive y se anuncia el Kerigma, se vive diariamente en ese morir y resucitar con Cristo para que el amor llegue a su madurez y perfección.

Nos dice el Papa San Juan Pablo II: ”Sin sacerdotes la Iglesia no podría vivir aquella obediencia fundamental que se sitúa en el centro mismo de su existencia y de su misión en la historia, esto es, la obediencia al mandato de Jesús «Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes» (Mt. 28, 19).

Con Christifideles Laici queremos  profundizar en la misión que todos tenemos desde el bautismo: ser misioneros de Jesús en medio de nuestro mundo. Es urgente que todos despertemos de nuestro letargo espiritual y reconozcamos que tenemos delante un mundo que indirectamente pide que los cristianos empecemos a darles lo que les pertenece y que Cristo nos ha confiado desde el bautismo.

Oración

Te invocamos Oh Virgen del Perpetuo Socorro, Madre Santa del Redentor,
socorre a Tu pueblo, que anhela resurgir. Da a todos el gozo de trabajar
por la construcción del Reino en consciente y activa solidaridad con los más
pobres, anunciando de modo nuevo y valiente el Evangelio de Tu Hijo.
Él es fundamento y cima de toda convivencia humana que aspire a una paz
verdadera, estable y justa.  Como el Niño Jesús, que admiramos en este
venerado Icono, también nosotros queremos estrechar Tu mano derecha.
A Ti no te falta poder ni bondad para socorrernos en las más diversas
necesidades y circunstancias de la vida. La hora actual es Tu Hora Ven, pues,
en ayuda nuestra y sé para todos socorro, refugio y esperanza Amén.

San Juan Pablo II